SIGO HABLANDO DE JULIETTE
Latte se ha adaptado tanto a Juliette que ayer no la pasó muy bien en la mañana, con eso del inicio de clases. Es que la niña no la deja sola ni un minuto. Pues Latte trató de resolver lo mejor posible y, después de llorar un rato por no encontrar a su amiga inseparable, decidió arrastrar una franelilla que ella habia dejado en el suelo, hasta su cobijita y se acostó a dormir sobre ella. A pesar de todo, ya sabemos que Latte, gafa no es.