ADOLESCENTES DANDO LA TALLA
Apenas a pocos días de la desaparición de Rafael Vidal, un par de adolescentes vuelven a soprendernos. Esta vez no falleció nadie, pero pudo haber ocurrido una desgracia. Les cuento que vivo cerca del lugar donde ocurrió el choque de Rafael y mi papá escuchó el frenazo y el golpe. Imagínense que fué lo primero que pensó... Pues hoy en la tarde, a las seis para ser exactos, sentimos el señor coñazo justo frente a mi casa. Mi cuadra es pequeña, son unas treinta casas creo. Yo vivo a escasos metros de la esquina y en la curva está el muro del edificio que es nuestro "vecino". Pues según vecinos que vieron el carro a mitad de cuadra, iban a excesiva velocidad. Tanto así que ni pudieron frenar, ni dar la curva. Se estamparon en el arbol que está justo frente al edificio. Los pasajeros (una chica y un chico), además de nervisos un poco golpeados. El carro, destruido, quedó bastante peor que el de la foto que utilicé para este post. Quien manejaba era la chica, menor de edad, pero apenas llegó la policía a levantar el choque, el chico asumió la culpa. No se si llamarlo pana, o güevón. Porque además el carro era de su mamá. A la hora que ocurrió el accidente, es cuando generalmente están los niños de la cuadra manejando bicicleta y, mucha gente sale a caminar. De hecho, tenemos una vecina que está por dar a luz y casi siempre camina a esa hora. Gracias a Dios, no había nadie atravesado ni tampoco había un carro estacionado allí. Porque es el sitio donde suelo estacionar mi carro cuando hay mucho sol, para que el árbol le haga un poco de sombra. No se que está pasando con los adolescentes hoy en día, ni con los padres tampoco. Es patético que cosas como estas ocurran, porque no queremos tener otro "Rafael Vidal".