DOMINGO DE PASEO
Después de unos agotadores días de trabajo, por fín como que me estoy poniendo al día. Contabilidad... LA ODIOOOOOOO...! pana, los números nunca han sido mis favoritos, a menos de que estén de mi lado. Bueno, pero creo que esa es la filisofía de much@s de nosotr@s, así que no he dicho nada nuevo.. jejeje. Aprovecho la estadía obligada en Caracas por la quimio y si, esta vez si termino mi trabajo.
El domingo estuvo genial. Al fin pude conocer a la consentida de Omar. Me pareció una buena idea llevarlo a la Universidad Simón Bolívar, para aprovechar esos hermosos espacios naturales. Pero salimos ponchados. No nos dejaron entrar y que, porque era Semana Santa y sólo podían entrar aquellos que tuvieran carnet. Ya le voy a decir a mi cuñada que me saque uno carajo. En realidad me parece absurdo, que prohiban la entrada. Muchos nos quedaremos aquí y, visitar un sitio tan agradable es una buena opción de esparcimiento. Bueno nada, decidí partir hacia el Hatillo. Estuvimos unn ratico viendo un poco la cámara, descubriendo las bondades que ofrece. Espectacular, alucinante. Tanto el diseño como las características. Muy cómoda. Allí estuve jurungándola un poquito y no puedo dejar de decir, que sin el manual, no se es nadie... jejejeje. Bastante más complicada que la mia. Pero claro, es cuestión de tener tiempo suficiente como para manosearla un poco y conocerla mejor.
En el Hatillo, decidí entrar a HANSSI. Para quienes no la conozcan es, para mí, la mejor tienda de Souvenirs en Caracas. El lugar perfecto para presionar el opturador de la cámara. Al principio, no sabíamos si dejaban tomar fotos así que fuimos un tanto discretos. Pero después de que vi a un chinito fajado, aaaaah! que coño, se me escapó la discreción. Recorrimos todos los pisos y divisiones de la tienda y, hasta nos encontramos a un veneblogguero, pero ese es tema de otro post. De verdad que disfruté muchísimo observando y fotografiando. Cada día se ven piezas de artesanía más impresionantes. Lo hermoso es ver cómo los turistas extranjeros disfrutan comprándolas. Aunque claro, creo que en esa tienda, los que más pueden comprar son ellos, porque los precios están muy elevados. Aunque si lo colocamos en la balanza, es trabajo manual que vale la pena. No puedo criticar, porque cuando trabajé en repostería, me asombraba cuando la gente se quejaba por el precio. Pero trabajo manual, es trabajo artesanal. Aún recuerdo cada una de mis tortas, en cada una de ellas imprimí un toque especial. Todas tenían algo de mi. Ajá, sigamos con lo de las fotos. La cámara de Omar está genial aunque yo, sinceramente, no me deshago de la mía por nada del mundo. Mi fiel compañera lo seguirá siendo por muchoo tiempo.
Después del Hatillo, nos fuimos a casa de Cere, a cuadrar unas cositas. Pero el día estuvo genial. Para ver mis fotos sólo clic aquí.