1, 2, 3 PROBANDO...
Ayer fuimos a probar el peinado para la Primera Comunión. Esta trenza es espectacular, pero teníamos que probar si aguantaba la noche completa, ya que la comunión es a las ocho y media de la mañana. Si, bonita hora, díganselo a las monjas porque las niñas tienen que llegar al cole a las siete y media. Si ya me cuesta salir a las siete y nada más se pone el uniforme, ni me imagino ese día. Tendré que levantarla a las seis para que cumpla a tiempo su rutina protocolar. Y es que Isa, para cepillarse los dientes se tarda unos diez minutos. Claro, el 70% del tiempo lo usa para hacerse muecas frente al espejo y para jugar con los frasquitos que hay en el baño. Para peinarse se tarda unos diez más, porque si la colita no queda perfecta se la deshace mil veces. Ay! esa hija mía es un caso. En fin, la trenza amaneció perfecta así que ya tenemos una preocupación menos.
Mamá, igual de terca así que no me extraña que tengamos que llevarla a la clínica nuevamente. Allí anda, cogiendo aire bien frío sin ninguna necesidad. Yo, ya no la regaño más, ya perdí la paciencia. No la tengo para las necedades y menos de un adulto. Porque si vamos al caso, si ella no pone de su parte no va a salir bien de ésto. Pero ayer si andaba quejándose "ay! ¿cuándo voy a salir de ésto?". Sarna con gusto no pica y, si pica no mortifica. Dicho siempre de sus propios labios, así que yo, no sigo más porque siempre salgo con las tablas por la cabeza y en realidad, ya me cansé de eso.
Me voy a trabajar... See you later, alligators.