DESCARTANDO
El año pasado, mi hija me sorprendió al decirme que quería salirse de sus clases de gimnasia. Yo, no lograba explicarme, como teniendo tanta habilidad y disfrutándola tanto, deseaba abandonarla. Acepté su decición (pero me sentí terriblemente fatal), pero pude darme cuenta que se sentía muy entusiasmada al ver a sus compañeras en las competencias. Por eso le planteé la posibilidad de retomarla. Es así como dos meses después decidió regresar. Así es como desde el mes de octubre, Isa ha estado asistiendo a sus clases de gimnasia nuevamente. Ayer me dijo con algo de temor, que deseaba retirarse nuevamente y asistir sólo a las clases de jazz. La miré a los ojos y le dije, "¿sabes qué hija? la vida es una sola y sio tú lo que quieres es bailar, baila". Ella se quedó muy sorprendida, me abrazó y me dió las gracias. Después de todo los que estamos viviendo hoy, no me voy a dar mala vida porque la niña decida que hay cosas que le gustan más. Me planteó la idea de la natación y eso me atrae mucho. Al final, que ella decida, que conmigo siempre podrá contar...