LAS HORAS NO QUIEREN PASAR
Son casi las once de la noche y, hasta ahora todo parece andar bien. Mamá tiene poco malestar, pero sólo pido a Dios que no empeore. Tengo miedo de dormirme y no darme cuenta si se siente peor. Las emociones se me están conjugando justo ahora, que tengo un ratico para descansar. Duele; duele mucho saber por lo que está pasando y no tener la solución en mis manos. Duele no querer verla como a muchas personas a las que vi la mañana de hoy. Muchas historias con una sola meta, vencer una terrible enfermedad. Aún a esta hora me pregunto cómo se sentirá Arianne, cómo le habrá ido en el infectólogo. Apenas hoy, he comenzado a pedirle a Dios por ella y por su valiente madre. Media hora después, aún no me quiero dormir, pero se que en algún momento el sueño me vencerá. Por lo menos, sólo quedan cinco ciclos más.