...Y LA MONTAÑA FUE A MAHOMA
Es duro, esto de tener que abandonar algunas cosas para cubrir las responsabilidades. Sobre todo cuando algo malo y nuevo cae del cielo. Extraño muchísimo las salidas imprevistas; esas en las que te llaman y te dicen... "te paso buscando ya", o "vente que acá te esperamos". Pero me voy acostumbrando a estos nuevos roles que se presentan. Nada como una tarde en compañía de gente que de verdad te aprecia y aprecias. ¿Qué es lo que más me ha gustado de todo esto? Que estos amigos, sabiendo que yo no podía llegar a ellos; decidieron llegar a mi. Estaba necesitando ese contacto con algo que no es una clínica, o un laboratorio, o algo que tenga que ver con emergencias médicas. Estaba necesitando a mis amigos y un rato de dispersión. Gracias muchachos, las puertas de mi casa siempre estarán abiertas.