ESTAN MEJOR
Ayer en la tarde fuí a buscar a Zoboomafoo (Zabumafú, para los que no ven Discovery Kids). La herida de su oreja era mucho más grande de lo que pensaba. La limpiaron e hicieron una cura. Para los defensores de los genitales... jajajajaja, se jodieron. Después de una charla que recibí del doctor, decidí que lo mejor era castrar a mi gato. Existen enfermedades de transmisión sexual muy peligrosas que este chico podría contraer. Sin dejar de mencionar que, por su carácter pasivo mi gato no se sabe defender, o sea, es un wevón. Al estar por ahí en la calle, cualquier herida podría infectarse o peor aún, podría llegar a casa con su herida llena de visitantes indeseables... entiéndase, gusanos. Además, durante dos años he tenido a mi gato como un verdadero príncipe; muy cuidado y excelentemente bien alimentado. Me da dolor verlo en el estado en el que llegó a casa.
El doctor me advirtió que el gordo podría estar deprimido por dos o tres días, que no me preocupara porque era algo normal. El chico no está deprimido, no ha parado de comer. Ah! eso si, quiere que esté a su lado a cada rato. Si se acuesta en el piso, se me queda viendo y maulla; hasta que no me acuesto a su lado, no deja de maullar. Si está un poquito adolorido, pero está medicado y la cosa se le ha hecho llevadera. Esta foto la tomé esta tarde. Yo estaba recostada viendo la tele y el se acostó a mi lado (en su lugar de costumbre). Una vez acomodado en su lugar, tomó mi brazo con su pata y no me dejó levantarme por un buen rato. Cada vez que intentaba moverme, aferraba su pata en mi brazo, como diciendo Hey! ¿y tú para donde vas?
Mi mamá, increíblemente recuperada. Está como si no le hubieran aplicado nada. Hoy quiso preparar su exquisito salpicón de atún. Ya que la veo mejor, la estoy dejando que regrese a lo suyo. Se le nota todavía un poquito dédil, pero nada comparable con el malestar de la semana pasada. Se ha recuperado muy bien. Esperemos que el próximo ciclo sea tan ligero como este.